The Wire & The Sopranos |
Es curioso cómo el fenómeno ´series´ es tan pegadizo hoy en día. Conozco a unos cuantos que seguimos simultáneamente la trama de tres o cuatro de ellas, a cada cual más diferente, y que sabemos valorar con exactitud por qué te gusta ésta o la otra, y qué es lo que hace genuina a cada cual.
Huelga decir que este fenómeno es el resultado de lo que Internet nos ofrece, pues todo lo que quieras ver, lo tienes; sólo tienes que elegir el momento. Aclaro esto porque el otro día me vi explicándole a alguien que esto de las series es algo más que una moda, y que no eres un ser raro si no consumes ninguna; y mucho menos que esto no es una carrera de a ver quién está más actualizado y a ver quien ha visto más, pues como ya he dicho, empezar es decidir cuándo quieres ver un capítulo de 40 o de 55 minutos... sin interrupciones ;) Además, las series permiten desarrollar las historias y los personajes de un modo muy natural, y a lo largo de mucho metraje, por lo que es natural que una serie pueda hacerse más propia que una película, pues se alcanza la intimidad con el argumento y, por supuesto, con sus protagonistas. Como con un libro. (Eso sí, la libertad que te da un libro para imaginarte todo eso, no tiene parangón!)
Hoy quería reflexionar sobre dos grandes series de los últimos tiempos, Los Soprano y The Wire, pues yo también llevo mucho tiempo oyendo hablar de estas dos producciones para la televisión y quería saber dónde radicaba su éxito (alguien se identifica con esto?). Así que entre el año pasado y este año me he visto las dos, sin prisa pero sin pausa, y con mirada crítica.
"Los Soprano" cuenta la historia de Toni Soprano, un italoamericano encarnado por James Gandolfini, miembro de una de las familias de mafiosos de Nueva Jersey. La suya es una de las familias más respetadas del estado de Nueva York, y él tiene probabilidades de hacerse con el control, como así acaba ocurriendo en la primera temporada, pero al mismo tiempo está desarrollando unos problemas físicos y mentales que le obligan a visitar a una psicoterapeuta a escondidas. Así que así empezamos a conocer el mundo de los Soprano, a través de las sesiones de terapia entre Toni y Jennifer Melfi (Lorraine Bracco).
En primer lugar decir que, al ser una serie de seis temporadas, tiene todos los chascarrillos y tributos al mundo del hampa, realidad y ficción, y cuenta en su extenso reparto con actores que se han metido en la piel de gánsteres a menudo. Pero todo dentro de la cruda realidad, donde las persecuciones pueden ser torpes, las personas muy imperfectas y los trapicheos salen bien o mal por las más diversas razones. Y cruda, muy cruda, hay víctimas indiscriminadamente, aunque muchas veces el papel de víctima y verdugo se da en un mismo personaje: como la vida misma.
Dos de los capitanes de Toni tienen todo mi respeto y simpatía: Silvio (Steve Van Zandt) y Paulie (Tony Sirico). Pues en realidad son matones sin escrúpulos, pero que muestran su corazón y lealtad cuando las cosas se ponen realmente mal, aunque incluso ahí se muestren miserables. Como la vida misma. Realmente disfruto esta ficción-realista, pues hace que estés generando sentimientos encontrados hacia los personajes: a veces los amas y a veces los odias. A todos. Son papeles muy apasionados, las interpretaciones de muchos de los actores han debido acabar con sus nervios!
Por otro lado, la narrativa es transgresora por muchos motivos, uno de ellos es saber que vas a conocer todo esto primero a través de la terapia de Toni, y segundo, porque hay cosas en la trama que quedan sin resolver. Como la vida misma!
Silvio y Paulie |
Mi reflexión final sobre Los Soprano es que invita a pensar sobre las virtudes y los vicios del poder, y al poder por encima de todas las cosas, aquel que te hace creer que lo puedes todo. Y eso es lo que vemos en la figura de Toni Soprano, una persona a la que vemos "crecer" en la jerarquía de la familia de Nueva Jersey y con ella saborearemos las mieles de estar en la cumbre, pero también sus profundas miserias, responsabilidades y la soledad de tan alto cargo.
Ahora, hay que tener muy presente el tema de la "realidad". Si buscas acción a raudales y unas tramas increíblemente bien hechas, como en Breaking Bad, Juego de Tronos o Espartaco, esta serie al principio no te convencerá. Pero es que es como un buen libro de los gordos, necesitas muchos capítulos para ponerte al hilo de la trama. Y recomiendo prestar mucha atención a la escena final de la serie, para poder sacar conclusiones propias antes de leer teorías en la red.
Larga vida a Los Soprano y D.E.P. su protagonista, que sin duda, hizo el papel de su vida.
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