Hoy he visto en La 2 de TVE esta película porque no pude resistirme a la previa que daban de ella antes de su emisión. Entre el elenco de actores y la trama, basada en la caída de Lehman Brothers, dije: me viene al pelo ahora que estoy estudiando finanzas!
Y tengo que puntualizar, para mí películas como ésta sí que me causan terror... Porque son horrores que existen!
Una cinta sin sexo, ni violencia, los sentimientos los pasa de soslayo... qué demonios! es una película sobre el mundo de Wall Street, sobre lo que verdaderamente mueve el mundo: el DINERO!!! (o más bien lo manda al abismo...)
Más allá de la crítica que pueda encerrar, o mostrar, creo que es simplemente la visión de cómo ocurrieron las cosas en el otoño de 2008, con unas cuantas reflexiones mordaces de las que no se escapan ni los cabezas de turco, que son los protagonistas de Margin Call, ni la gente de a pie. No hay que ser un enterado de primera línea del mundillo de las finanzas y esas compra-ventas de nadas, sobre todo seis (6!) años después del lío mundial que se organizó con la caída de aquel gestor financiero mundial. Sobre todo porque en todo este tiempo, quien más quien menos, nos hemos enterado bastante bien de "la tostada".
Pues bien, este largometraje relata en poco más de 90 minutos lo que fueron aproximadamente las 24 horas previas a este crack financiero del siglo XXI, el primero del siglo y seguramente primero de los que todavía están por llegar. Un montón de caras conocidas representan a los directivos, y a algún que otro recién llegado a la firma, en una empresa que recrea ese gigante histórico de las finanzas que fue L. Bros. intentando solucionar un problema de magnitudes mundiales por haber vendido, en cuestión de días, millones de millones de productos financieros sin un respaldo económico real puesto por la empresa, porque ésta está en quiebra, palabra que no se menciona en toda la cinta. Y los gerifaltes de tan grave situación no muestran en esas horas decisivas ni un sentimiento: ni rabia, ni dolor, ni alegría, ni apenas preocupación. Simplemente se cargan a quien haga falta, sueltan arengas para autoconvencerse de que lo que hacen es lo correcto y piensan en dinero. Todo tiene un precio. Aún así, no deja de haber reflexiones en torno al concepto de "corrección" ¿qué es lo correcto... y para quién?
El final es muy abrupto, pues uno se espera el resumen de la caída, con imágenes reales de los noticiarios mundiales en aquel fatídico otoño de 2008. Pero así de abrupta fue la realidad. Como el final de este post.
PD: interesante los datos en torno a las verdaderas carreras de los personajes de Zachary Quinto (sí, es Sylar!) y Stanley Tucci. Me recuerdan que la fuga de cerebros no es sólo geográfica, sino que los cerebros también emigran a puestos más "fáciles" porque las compensaciones económicas son más suculentas...
o si no, pregúntense quién querría ser ingeniero aeronáutico si por dar buenas patadas a un balón te "forras" y te jubilas a los 35... si Uds. me entienden ;)
lunes, 30 de junio de 2014
miércoles, 4 de junio de 2014
The Wire & The Soprano: la realidad como ficción (Parte I)
The Wire & The Sopranos |
Es curioso cómo el fenómeno ´series´ es tan pegadizo hoy en día. Conozco a unos cuantos que seguimos simultáneamente la trama de tres o cuatro de ellas, a cada cual más diferente, y que sabemos valorar con exactitud por qué te gusta ésta o la otra, y qué es lo que hace genuina a cada cual.
Huelga decir que este fenómeno es el resultado de lo que Internet nos ofrece, pues todo lo que quieras ver, lo tienes; sólo tienes que elegir el momento. Aclaro esto porque el otro día me vi explicándole a alguien que esto de las series es algo más que una moda, y que no eres un ser raro si no consumes ninguna; y mucho menos que esto no es una carrera de a ver quién está más actualizado y a ver quien ha visto más, pues como ya he dicho, empezar es decidir cuándo quieres ver un capítulo de 40 o de 55 minutos... sin interrupciones ;) Además, las series permiten desarrollar las historias y los personajes de un modo muy natural, y a lo largo de mucho metraje, por lo que es natural que una serie pueda hacerse más propia que una película, pues se alcanza la intimidad con el argumento y, por supuesto, con sus protagonistas. Como con un libro. (Eso sí, la libertad que te da un libro para imaginarte todo eso, no tiene parangón!)
Hoy quería reflexionar sobre dos grandes series de los últimos tiempos, Los Soprano y The Wire, pues yo también llevo mucho tiempo oyendo hablar de estas dos producciones para la televisión y quería saber dónde radicaba su éxito (alguien se identifica con esto?). Así que entre el año pasado y este año me he visto las dos, sin prisa pero sin pausa, y con mirada crítica.
"Los Soprano" cuenta la historia de Toni Soprano, un italoamericano encarnado por James Gandolfini, miembro de una de las familias de mafiosos de Nueva Jersey. La suya es una de las familias más respetadas del estado de Nueva York, y él tiene probabilidades de hacerse con el control, como así acaba ocurriendo en la primera temporada, pero al mismo tiempo está desarrollando unos problemas físicos y mentales que le obligan a visitar a una psicoterapeuta a escondidas. Así que así empezamos a conocer el mundo de los Soprano, a través de las sesiones de terapia entre Toni y Jennifer Melfi (Lorraine Bracco).
En primer lugar decir que, al ser una serie de seis temporadas, tiene todos los chascarrillos y tributos al mundo del hampa, realidad y ficción, y cuenta en su extenso reparto con actores que se han metido en la piel de gánsteres a menudo. Pero todo dentro de la cruda realidad, donde las persecuciones pueden ser torpes, las personas muy imperfectas y los trapicheos salen bien o mal por las más diversas razones. Y cruda, muy cruda, hay víctimas indiscriminadamente, aunque muchas veces el papel de víctima y verdugo se da en un mismo personaje: como la vida misma.
Dos de los capitanes de Toni tienen todo mi respeto y simpatía: Silvio (Steve Van Zandt) y Paulie (Tony Sirico). Pues en realidad son matones sin escrúpulos, pero que muestran su corazón y lealtad cuando las cosas se ponen realmente mal, aunque incluso ahí se muestren miserables. Como la vida misma. Realmente disfruto esta ficción-realista, pues hace que estés generando sentimientos encontrados hacia los personajes: a veces los amas y a veces los odias. A todos. Son papeles muy apasionados, las interpretaciones de muchos de los actores han debido acabar con sus nervios!
Por otro lado, la narrativa es transgresora por muchos motivos, uno de ellos es saber que vas a conocer todo esto primero a través de la terapia de Toni, y segundo, porque hay cosas en la trama que quedan sin resolver. Como la vida misma!
Silvio y Paulie |
Mi reflexión final sobre Los Soprano es que invita a pensar sobre las virtudes y los vicios del poder, y al poder por encima de todas las cosas, aquel que te hace creer que lo puedes todo. Y eso es lo que vemos en la figura de Toni Soprano, una persona a la que vemos "crecer" en la jerarquía de la familia de Nueva Jersey y con ella saborearemos las mieles de estar en la cumbre, pero también sus profundas miserias, responsabilidades y la soledad de tan alto cargo.
Ahora, hay que tener muy presente el tema de la "realidad". Si buscas acción a raudales y unas tramas increíblemente bien hechas, como en Breaking Bad, Juego de Tronos o Espartaco, esta serie al principio no te convencerá. Pero es que es como un buen libro de los gordos, necesitas muchos capítulos para ponerte al hilo de la trama. Y recomiendo prestar mucha atención a la escena final de la serie, para poder sacar conclusiones propias antes de leer teorías en la red.
Larga vida a Los Soprano y D.E.P. su protagonista, que sin duda, hizo el papel de su vida.
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